Amanita muscaria (L.) Lam. es una especie de hongo basidiomiceto que pertenece a la familia Amanitaceae. Su distribución original es el hemisferio norte (Eurasia, Norteamérica), pero ha sido introducida en el hemisferio sur (Sudáfrica, Sudamérica, Australia, Nueva Zelanda) por lo que ahora puede considerarse especie cosmopolita. En la Península Ibérica, donde se conoce popularmente en castellano como «Matamoscas» o «Falsa oronja», entre otros nombres, se distribuye ampliamente aunque es más abundante en la mitad N y más escasa hacia el E. En Galicia, donde se conoce en gallego como «Atolamoscas», «Brincabois» o «Reventabois», es también relativamente fácil de encontrar. Taxonómicamente presenta una considerable variación morfológica y se han descrito bastantes variedades, producto -entre otras cosas- de estar distribuido por buena parte del planeta en variados ecosistemas.
Se trata de una seta fácil de reconocer que crece de manera solitaria o densamente gregaria, fructificando en los meses de otoño y principios de invierno. Su cuerpo fructífero o basidiocarpo (la seta, la parte visible) presenta un píleo o sombrero de 7-25 cm de diámetro, inicialmente globoso, volviéndose con la edad plano-convexo o plano, o incluso cóncavo en algunos casos, con el margen incurvado y suavemente estriado en la madurez, con una superficie más o menos viscosa de color rojo o rojo-anaranjado que con la edad o el lavado de la lluvia se puede ir decolorando hacia el anaranjado o amarillento. Sobre dicha superficie o cutícula se disponen numerosas escamas o verrugas de color blanco (pueden amarillear con la edad), que vienen a ser los restos del velo universal, que es una estructura que envuelve al hongo primigenio y que se rompe con el desarrollo del mismo, dejando restos en el pie para formar la volva y en el sombrero para formar las comentadas verrugas. En la parte interior del sombrero hay unas láminas primero adnatas, después libres, más o menos apretadas, desiguales, blancas, con el margen entero o fimbriado. Esporada blanca. La carne es blanquecina, firme, de 5-20 mm de espesor. El pie (llamado también estípite o tallo) mide 8-20 cm de alto y 1-3 cm de diámetro en el ápice, está centrado y es cilíndrico o cónico hacia la base, y presenta una superficie blanquecina que es glabra por encima del anillo y fibrilosa por debajo. Dicho pie tiene en la zona media-alta un amplio anillo blanco y membranoso, persistente, algo colgante (como una especie de falda), con el borde -a veces- algo teñido de amarillo. La base del pie es ligeramente bulbosa, y en ella hay volva blanca o amarillenta, persistente, formada por uno o más anillos concéntricos en el ápice del bulbo, de aspecto escamoso.
Crece en bosques de especies caducifolias (abedules, alcornoques, encinas, hayas, etc.), de coníferas (pinos, abetos, etc.), eucaliptales y mixtos, y también -en menor medida- en matorrales. Es afín a sustratos de tipo ácido o descalcificados, entre el nivel de mar y 2000 m de altitud, aunque prefiere las zonas de media y alta montaña. En esos sustratos y con las raíces de los citados árboles, el hongo establece asociaciones simbióticas de tipo micorrizógeno. Mediante ellas y a través de las hifas (filamentos microscópicos que forman parte del cuerpo vegetativo del hongo, el micelio), el hongo recibe del árbol azúcares, aminoácidos, ácidos grasos y otras sustancias orgánicas, y a cambio el hongo convierte minerales del suelo y materias en descomposición en formas asimilables por las raíces de la planta. En este caso son asociaciones ectomicorrizógenas, en las que el hongo forma con sus hifas una especie de malla alrededor de las raíces más finas del árbol, y se desarrolla en los espacios intercelulares de la corteza de las raíces, sin penetrar en sus células (a diferencia de las asociaciones endomicorrizógenas, en las que sí penetra). Estas asociaciones son de gran importancia desde el punto de vista ecológico para el establecimiento y el mantenimiento con buena salud de los bosques templados en los que habita.
Sinónimos y taxones infraespecíficos de Amanita muscaria (L.) Lam.:
- Agaricus aureolus Kalchbr.
- Agaricus imperialis Batsch
- Agaricus muscarius L.
- Agaricus muscarius var. formosus (Gonn. & Rabenh.) Peck
- Agaricus muscarius var. muscarius L.
- Agaricus muscarius var. puella (Batsch) Sw.
- Agaricus muscarius var. sanguineus J. Kickx fil.
- Agaricus nobilis Bolton
- Agaricus pseudoaurantiacus Bull.
- Agaricus puellus Batsch
- Amanita aureola (Kalchbr.) Sacc.
- Amanita circinnata Gray
- Amanita formosa Gonn. & Rabenh.
- Amanita muscaria (L. ex Fr.) Hook.
- Amanita muscaria (L.) Hook.
- Amanita muscaria f. aureola (Kalchbr.) J.E. Lange
- Amanita muscaria f. beglyanovae Kutafjeva
- Amanita muscaria f. eu-umbrina R. Schulz
- Amanita muscaria f. europaea Neville & Poumarat
- Amanita muscaria f. flavivolvata (Singer) Neville & Poumarat
- Amanita muscaria f. formosa (Pers.) Gonn. & Rabenh.
- Amanita muscaria f. guessowii (Veselý) Neville & Poumarat
- Amanita muscaria f. muscaria (L.) Lam.
- Amanita muscaria f. vaginata (Velen.) Neville & Poumarat
- Amanita muscaria subsp. americana (J.E. Lange) Singer
- Amanita muscaria subsp. flavivolvata Singer
- Amanita muscaria subsp. muscaria (L.) Lam.
- Amanita muscaria subsp. umbrina R. Schulz
- Amanita muscaria var. alba Peck
- Amanita muscaria var. americana J.E. Lange
- Amanita muscaria var. aureola (Kalchbr.) Quél.
- Amanita muscaria var. coccinea Beardslee
- Amanita muscaria var. flavivolvata (Singer) D.T. Jenkins
- Amanita muscaria var. formosa Pers.
- Amanita muscaria var. fuligineoverrucosa Neville, Poumarat & B. Clément
- Amanita muscaria var. guessowii Veselý
- Amanita muscaria var. inzengae Neville & Poumarat
- Amanita muscaria var. minor Velen.
- Amanita muscaria var. muscaria (L.) Lam.
- Amanita muscaria var. persicina D.T. Jenkins
- Amanita muscaria var. puella Gillet
- Amanita muscaria var. regalis (Fr.) Sacc.
- Amanita muscaria var. sanguinea Gillet
- Amanita muscaria var. speciosa R. Schulz
- Amanita muscaria var. tomentosa Gillet
- Amanita muscaria var. vaginata Velen.
- Amanita muscaria var. vulgaris Alb. & Schwein.
- Amanitaria muscaria (L.) E.-J. Gilbert
- Amanitaria muscaria var. muscaria (L.) E.-J. Gilbert
- Venenarius muscarius (L.) Earle ex Murrill
Aspectos etnomicológicos y tóxicos de Amanita muscaria (L.) Lam.:
- El epíteto muscaria en su nombre científico proviene del latín muscarius (concerniente a las moscas), haciendo referencia a la capacidad que tiene de paralizar o matar a insectos -como las moscas- que entran en contacto con las sustancias tóxicas en superficie de la seta. En esta línea, se sabe que en algunos países se elaboraba con ella un insecticida natural mediante la maceración de sus trozos en agua azucarada o leche para atraer a las moscas y que muriesen tras sorber la preparación.
- Es la seta que aparece dibujada en numerosos libros infantiles, la cual suele ser el hogar de los gnomos.
- A. muscaria es quizás el hongo psicoactivo más conocido del mundo, y se ha utilizado desde la antigüedad en numerosas culturas como enteógeno en contextos chamánicos, religiosos, terapéuticos y sociales.
- Hay elementos históricos como pinturas rupestres, grabados en madera o esculturas que sugieren que sus efectos se conocen desde tiempos remotos en todos los continentes, observándose usos similares en sociedades distantes tanto geográfica como culturalmente.
- Se han encontrado pinturas policromadas en rocas del Sáhara que datan del Paleolítico, representando lo que parecen ser hongos del género Amanita, probablemente A. muscaria.
- Hay estudios que sostienen que los feroces guerreros vikingos «berserker» consumían A. muscaria antes de sus ataques buscando resistencia e indiferencia al dolor. Aunque esta teoría ha sido puesta en duda puesto que los síntomas que produce el consumo del hongo no son los buscados por los guerreros, es un hecho que en la mitología nórdica (o escandinava o gérmánica) A. muscaria está asignada a Odín, dios -entre otras cosas- de la guerra. En esta mitología se cuenta como Odín (Wotan para los germanos) fue perseguido por unos demonios y que de la boca de Sleipnir, su caballo gris de 8 patas, salió una espuma ensangrentada que se transformó en amanitas al caer al suelo.
- A. muscaria crece de manera natural en las tierras altas de Mesoamérica, y algunos mitos y esculturas que representan hongos sugieren su utilización hacia el 1500-1000 a.C. en lo que hoy es Guatemala y México meridional, en la época de creación de la civilización maya.
- En Norteamérica hay evidencias de su uso por parte de las tribus Tlicho (Territorios del Noroeste, Canadá), así como en las ceremonias de las tribus Anishinaabe (zona de los Grandes Lagos, Canadá y Estados Unidos), cuyas prácticas han sobrevivido prácticamente hasta nuestros días.
- En Siberia estos hongos han sido consumidos desde antiguo por los chamanes de algunas tribus de manera ritual para conseguir un estado de trance. Actualmente las tribus Ostyak y Vogul de Siberia occidental, y las tribus Kamchadal, Koryak y Chukchi de Siberia oriental, siguen usando A. muscaria en sus rituales relacionados con sus creencias animistas. Una de esas prácticas consistía en ingerir la orina de los que ya habían consumido la seta, ya que descubrieron que los principios psicoactivos del hongo son excretados por el riñón en forma de metabolitos activos y en cantidades relativamente elevadas, de manera que pueden ser reutilizados varias veces.
I funghi Mangerecci e Velenosi dell’Europa Media, con Speciale Riguardo a quelli che Crescono nel Trentino (Trento, 1906)
Giacomo Bresadola
Fuente: http://www.biodiversitylibrary.org
- Desde el punto de vista químico, A. muscaria contiene una gran cantidad de alcaloides y presenta una farmacología compleja y no totalmente conocida. Sus alcaloides más relevantes son la muscarina, la muscazona, el ácido iboténico y el muscimol, entre otros no tan relevantes como la L-hiosciamina o el ácido estizolobínico.
- Aunque su contenido en muscarina es bajo, este alcaloide resulta ser el principal responsable de los efectos no deseados. Aunque su cantidad no suele ser suficiente para desencadenar el llamado «síndrome muscarínico», síndrome raras veces mortal pero grave y aparatoso, que produce sudoración, salivación excesiva, lagrimeo, miosis, cólicos, diarrea acuosa, hipotensión y bradicardia. Esto es debido a que produce una profunda activación parasimpática, que en dosis altas puede terminar en convulsiones e incluso muerte. Sí tiene la cantidad suficiente para producir -como mínimo- náuseas, vómitos y dolores abdominales.
- La muscazona es un producto secundario de la descomposición del ácido iboténico.
- Tanto el ácido iboténico como el muscimol son los principales compuestos de la seta con efectos psicoactivos. Aunque ambos producen efectos parecidos sobre el sistema nervioso central, el ácido iboténico tiene unos efectos más «euforizantes», mientras que el muscimol los tiene más «depresores». En todo caso, los efectos del muscimol son considerablemente más potentes.
- El ácido iboténico es una molécula bastante inestable perteneciente a la categoría de los isozaxoles, que se convierte en muscimol por acción de la temperatura y otros factores mediante una reacción de descarboxilación. Por eso el hongo seco suele ser más potente que el hongo fresco, puesto que durante el secado el ácido iboténico se descarboxila en muscimol.
Esa reacción de descarboxilación también se favorece tras la ingesta. Con la digestión, gran parte de ácido iboténico se convierte en muscimol, mientras que el resto es excretado por el organismo. - El contenido de ácido iboténico/muscimol en cada ejemplar es muy variable y depende de numerosos factores, como el tipo de hábitat (los bosques de abedules y pino negro parecen producir ejemplares con más alcaloides), estadio vital del hongo, época del año y altitud. Las setas recogidas a mayores altitudes parecen tener mayor concentración de ácido iboténico/muscimol, y las recogidas a menor altitud, más cantidad de muscarina.
- Tanto el ácido iboténico como el muscimol activan los receptores del ácido gamma-aminobutírico (GABA), que es el principal neurotransmisor del sistema nervioso central y el que regula la excitabilidad cerebral mediante la inhibición del disparo excesivo de las neuronas, dando lugar a una sensación de calma. Al activarlos, logra que los compuestos de A. muscaria afecten a las regiones centrales del cerebro, proporcionando efectos tanto sedantes como disociativos.
- Tras la administración por vía oral de la seta, los efectos tardan un tiempo en aparecer, y en general a las 2-3 horas se alcanzan los efectos máximos. La duración de los efectos pueden prolongarse durante 6-8 horas, en función de la dosis y otras cuestiones.
- La naturaleza de los efectos puede ser muy variable, también en función de la dosis y de las características personales. Puede haber síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, diarrea, náuseas), mareos, vértigos, ataxia e incoordinación, espasmos musculares, dilatación de las pupilas, hipersensibilidad, convulsiones, arritmias cardíacas, riesgo de fibrilación ventricular, euforia, distorsiones de espacio y tiempo, alucinaciones, etc. En dosis muy altas tiene un gran efecto neurotóxico, pudiendo inducir al coma. Los desenlaces fatales son raros, pero no descartables.
- Administrada por vía oral es también tóxica para el intestino y el hígado, por lo que si se ingiere de manera accidental se debe acudir a un centro médico cuanto antes, mostrar el ejemplar ingerido y sugerir pruebas de la función hepática para descartar daños.
- A. muscaria tiene la capacidad de acumular metales pesados como el vanadio (especialmente éste), cadmio, níquel y otros elementos (potasio, magnesio, rubidio, etc.) en sus cuerpos fructíferos. Aunque en esta seta no se suelen alcanzar niveles alarmantes de estos elementos, hay que recordar que son potencialmente tóxicos y que su presencia en el medio ambiente ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas debido a la actividad humana. No obstante, esta propiedad bioacumuladora es interesante porque contribuye a la recirculación natural de estos elementos en los ecosistemas.
- En España, A. muscaria está incluida en la ORDEN SCO/190/2004 de 28 de enero, publicada en el BOE del 6 de febrero de 2004, que establece legalmente una lista de plantas (y hongos) cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de su toxicidad.
- NOTA MUY IMPORTANTE: este blog no se hace responsable de los posibles efectos adversos del uso irresponsable de este hongo tóxico. Lo aquí publicado debe ser tomado exclusivamente como información general y nunca como una guía de un autoconsumo que puede causar imprevisibles e incluso fatales consecuencias.