Iberolacerta monticola (Boulenger, 1905), conocida en gallego como «Lagartixa da serra» (o como «Lagartija serrana» en castellano), es una especie de reptil perteneciente a la familia Lacertidae. Es un endemismo de la Península Ibérica presente en la Cordillera Cantábrica, Serra de Queixa (Ourense), Serra do Invernadeiro (Ourense), Serra do Courel (Ourense), zonas bajas de A Coruña y Lugo y Serra da Estrela (Portugal). Su límite oriental conocido es el macizo de Fuentes Carrionas (Palencia). Anteriormente, las lagartijas serranas ibéricas se clasificaban en 4 subespecies dentro del género Lacerta: la tipo, Lacerta monticola subsp. monticola (Boulenger, 1905), propia de la Serra da Estrela (Portugal), Lacerta monticola subsp. cantabrica (Mertens, 1929), de la Cordillera Cantábrica y Galicia, Lacerta monticola subsp. cyreni (Müller & Hellmich, 1937), del Sistema Central y Lacerta monticola subsp. bonnali (Lantz, 1927), del Pirineo central. Más tarde y en base a estudios genéticos, las 2 últimas se elevaron a especies aparte, quedando sólo las 2 primeras. Sin embargo, estudios recientes de ADN parecen demostrar que las poblaciones de Lacerta monticola (posteriormente Iberolacerta monticola) portuguesas son idénticas a las poblaciones gallegas y apenas diferentes a las cantábricas, resultando por tanto artificial esa separación en 2 subespecies. Por supuesto las investigaciones continúan y pueden publicarse nuevos taxones en el futuro.


Centrándonos en Galicia, la subespecie en cuestión sería la aún citada en muchas publicaciones Iberolacerta monticola subsp. cantabrica (Mertens, 1929), la llamada «Lagartija cantábrica». En la provincia de Lugo se distribuye ampliamente por su zona W y E, de una manera más o menos continua. En la provincia de A Coruña presenta una distribución mucho más fragmentada, en áreas de baja o mediana altitud, muy aisladas entre sí por amplias zonas de hábitats no adecuados, entre las que destacan: la cuenca del río Eume (ayuntamientos de Pontedeume, Cabanas, A Capela, Monfero y As Pontes de García Rodríguez), la cuenca del río Mandeo (Paderne, Coirós, Aranga) o los Montes do Pindo (Carnota). En la provincia de Ourense ocupa sólo el Macizo Central Ourensán, y en la de Pontevedra está ausente. El grado de aislamiento de estas y otras poblaciones coruñesas, unido al reducido tamaño de algunas y a los constatados declives poblacionales recientes, han motivado su inclusión en el «Catálogo Gallego de Especies Amenazadas» bajo la categoría de «Vulnerable» (Xunta de Galicia, 2007). La legislación española no le brinda protección por el momento. Ahora considerando el conjunto de la especie, su grado de conservación es aceptable, pero sufre amenazas como la destrucción de sus hábitats en la alta montaña. Otra vez, aquí juega en su contra el aislamiento de ciertas poblaciones, así como acciones humanas como la construcción de instalaciones de esquí, el turismo de naturaleza o las políticas forestales inadecuadas.




Se trata de una lagartija de tamaño medio, robusta, con una longitud combinada de cabeza y cuerpo de hasta 8.5 cm en los machos y 9 cm en las hembras, siendo su tamaño típico 7.3-8 cm. La masa corporal es de 6-10 gr para los adultos. La cola mide algo menos de 2 veces la longitud del cuerpo, llegando hasta 13.7 cm en los machos y 12.5 cm en las hembras. El tamaño relativo de la cabeza es mayor en los machos y el del abdomen es mayor en hembras. Su cabeza es grande y relativamente aplanada, con una pequeña abertura nasal en el cráneo. El tímpano es bien visible y los dientes están soldados al borde interno de las mandíbulas. Las patas son finas y bien desarrolladas, provistas de 5 dedos delgados con uñas adaptadas a la trepa. Tiene de 41-62 escamas dorsales granulares, aquilladas o no, 19-33 gulares, 20-32 ventrales en 6 filas longitudinales y un collar de borde liso con 7-17 escamas. Además cuenta en la cabeza con una escama intranasal grande, en contacto o no con la rostral, 2-3 escamas supratemporales grandes y una frontal pequeña. Escama masetérica y timpánica presentes. Escama anal grande, sin escamas irregulares entre ella y las ventrales. Poros femorales en número de 12-25 por pata (dependiendo del sexo y la población), en la parte ventral de las patas posteriores. En cuanto al patrón de diseño y coloración, es muy variable, superando muchas veces la variabilidad intrapoblacional a la interpoblacional. Dorso de tonos variables, que van desde el pardo en hembras y machos jóvenes al verde brillante en machos adultos, manchado con puntos negruzcos o manchas irregulares, mas densas en los costados, donde pueden constituir una banda negruzca contrastada, y puntos blanquecinos. Además, los machos exhiben ocelos azules laterales y axilares. Vientre blanquecino, azulado o verdoso-amarillento, con puntos negruzcos en todas las escamas ventrales o sólo en las filas longitudinales exteriores, según poblaciones. Garganta y región gular, en general sin tonos oscuros. La denominada subespecie cantabrica se caracteriza por un marcado contraste entre el dorso pardo, más o menos moteado, y unos costados de color pardo oscuro, habiendo pigmentación sólo en las filas longitudinales ventrales exteriores, mientras que en la subespecie tipo los adultos cuentan con manchas o puntos negros en todas las escamas ventrales y son de mayor tamaño.




La madurez sexual se alcanza al llegar a una longitud combinada de cabeza y cuerpo de unos 4.8 cm en los machos y 5.3 cm en las hembras, que vienen a ser a los 2-3 años. Entonces, la zona ventral de los machos se pone verde oscuro, permaneciendo la dorsal parda. La coloración dorsal verde se adquiere progresivamente con la edad. El periodo de apareamiento, en Galicia y Asturias, sucede en marzo y abril. Entre julio y agosto es la puesta, que pueden ser 2, sobre todo en zonas bajas y por las hembras de mayor tamaño. El tamaño medio de la puesta es de 6 huevos para las poblaciones gallegas, siendo los huevos blanquecinos de unos 11 x 7 mm. Tras una incubación de 45-52 días sucede la eclosión en la segunda mitad de agosto y todo septiembre. Al nacer miden 2.2-3 cm, presentando las hembras costados negros y los machos un tenue punteado marrón claro. Los juveniles tienen una llamativa cola de color verde azulado, que conservan hasta un año después y que parece ser una adaptación para atraer los ataques de los depredadores hacia esa extremidad y evitar zonas vitales. Pueden llegar a vivir 10-12 años, pero su situación en la cadena trófica hace que su vida media sea mucho menor.



Su periodo de actividad anual varía con la altitud de lugar, siendo de marzo a noviembre en las zonas bajas e incluso casi todo el año en zonas costeras de Galicia, y de marzo o abril (o más tarde) hasta septiembre en las montañas. Como otros reptiles, se termorregula para alcanzar su óptimo térmico (unos 30ºC en esta especia), tomando el sol (heliotermia) o absorbiendo calor de piedras, rocas u otras superficies caldeadas por el sol (tigmotermia), y también refugiándose en la sombra cuando su temperatura corporal es excesiva. Su actividad diaria es bimodal, mayor por la mañana que por la tarde, pudiéndose esta última reducirse hasta desaparecer los días más calurosos del verano. Ésto dependiendo del clima de la zona donde viva. Los machos están más activos que las hembras, sobre durante la reproducción, pues han de defender un territorio que tratan de aumentar en extensión para acceder a más hembras, las cuales son más sedentarias. Su alimentación consiste en moscas, hormigas, arañas, escarabajos, larvas y lombrices, a los que busca activamente. A su vez, entre sus depredadores están la culebra lisa europea, la víbora cantábrica y la hocicuda, mustélidos como la marta y la gineta y gatos asilvestrados. Como táctica de huida utiliza la carrera corta hacia refugios como grietas en rocas o bajo piedras, teniendo como último recurso la autotomía o autoamputación de la cola.



Su hábitat principal son los roquedos de montaña, donde se refugia, se termorregula e inverna, y por los que se mueve aprovechando sus adaptaciones morfológicas. Aparece también en depósitos de rocas, en zonas de matorrales y pastos. En la Cordillera Cantábrica prospera en rocas que afloran en brezales y bosques caducifolios. En Galicia y en el W de Asturias hay poblaciones a nivel del mar (o casi), ligadas a ríos con bosques de ribera suficientemente desarrollados, en áreas con pronunciadas pendientes acusadas, afloramientos rocosos y construcciones humanas, nunca lejos de cursos de agua. Como ejemplo de aprovechamiento de obras humanas, comentar la población que habita un canal de paredes de hormigón de varios km que alimenta un pequeño embalse que proporciona caudal a una minicentral hidroeléctrica en el río Mandeo (A Coruña). La población más apartada y más al S de todas las costeras y a baja altitud es la antes citada en los Montes de O Pindo (A Coruña), con grandes bloques de roca bajo los que fluyen pequeños arroyos y con pequeñas mesetas y collados. Las poblaciones portuguesas viven en afloramientos graníticos rodeados de piornales. Resumiendo, vemos que su rango altitudinal es muy amplio, y va desde el nivel del mar en varios puntos de la costa gallega hasta al menos los casi 2200 m de altitud en el Macizo de Ubiña (León/Asturias).



Sinónimos y taxones infraespecíficos de Iberolacerta monticola (Boulenger, 1905):
- Archaeolacerta monticola (Arribas, 1996)
- Iberolacerta monticola subsp. astur (Arribas, Galán, Remón & Naveira, 2014)
- Iberolacerta monticola subsp. cantabrica (Mertens, 1929)
- Iberolacerta monticola subsp. monticola (Boulenger, 1905)
- Lacerta estrellensis (Cyrén, 1928)
- Lacerta monticola (Boulenger, 1905)
- Lacerta monticola subsp. cantabrica (Mertens, 1929)
- Lacerta monticola subsp. cantabrica (Mertens & Müller, 1940)
- Lacerta monticola subsp. monticola (Boulenger, 1905)
- Lacerta monticola subsp. monticola (Mertens & Müller, 1940)
- Lacerta muralis var. monticola (Boulenger, 1905)